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Desarrollo del pensamiento crítico en ambientes de aprendizaje basado en problemas en estudiantes de educación superior


Silvia Lizett Olivares Olivares* y Yolanda Heredia Escorza**

* Profesora de tiempo completo en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Ave. Morones Prieto 3000 Pte, col. Doctores, 64710, Monterrey, N.L., México. CE solivares@itesm.mx

 

Artículo recibido: 12 de abril de 2011

Dictaminado: 5 de agosto de 2011

Segunda versión: 5 septiembre de 2011

Aceptado: 31 octubre de 2011

El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) es una técnica didáctica que busca promover el pensamiento crítico. El presente estudio consistió en comparar los niveles de pensamiento crítico obtenidos con el Test California de Destrezas de Pensamiento Crítico (CCTST-2000) de Facione (2000) por estudiantes de salud formados con ABP con alumnos de la misma escuela que no fueron expuestos a esta técnica didáctica. Se compararon los resultados entre estudiantes de primer ingreso y candidatos a graduación. Aunque la revisión bibliográfica mostró poca evidencia de la relación del ABP con el pensamiento crítico, los resultados de este estudio muestran mayores niveles del mismo en los estudiantes que se formaron en ambientes educativos que consideran el ABP. Adicionalmente se encontró un mayor balance en desarrollo de un pensamiento inductivo y deductivo en los estudiantes formados con la técnica didáctica de ABP.

De acuerdo con Hargreaves (2005), el contexto postmoderno educativo se define por una serie de características que se pueden clasificar en siete dimensiones: a) las economías flexibles que aceleran las necesidades del mercado cambiante; b) la paradoja de la globalización que reduce el espacio geográfico y, por lo tanto, incrementa pluralidad de intenciones educativas; c) el final de las certezas en el conocimiento, que implica discriminar entre las múltiples realidades y seleccionar la verdad sobre la que se va a educar; d) el mosaico móvil que desplaza los espacios de interacción de los individuos y, por ello, los requerimientos educativos, e) el yo ilimitado que aumenta la creatividad y potencial del estudiante; f) la simulación segura que incorpora nuevos medios visuales para el aprendizaje; y g) la comprensión del tiempo y del espacio que permite la generación y transferencia de conocimiento a velocidades nunca antes imaginadas.

La combinación de estas dimensiones implica una serie de retos para el aprendizaje transformativo, el que se refiere al proceso en que modificamos nuestros marcos de referencia para convertirlos en otros más inclusivos y abiertos hacia el cambio considerando la reflexión crítica para guiar la acción (Mezirow, 2000). El conocimiento se convierte en una acumulación exponencial de verdades inciertas en las que resulta complejo decidir los contenidos y/o métodos para enseñar sobre la ciencia; y las tecnologías podrían no existir aún (Olivares y Khan, 2010). Es por esto que los estudiantes actuales y futuros necesitan ser formados con técnicas didácticas que les permitan desarrollar competencias que les ayuden a tomar decisiones adecuadas sobre qué aprender y qué aplicar a lo largo de su vida personal y profesional.

Desde la década de los sesenta, la Escuela de Medicina de la Universidad de McMaster en Ontario en Canadá diseñó el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) para acercar a los estudiantes a la realidad de su futura vida profesional a través de pequeños grupos que buscan la solución de situaciones problemáticas (Loyens, Magda y Rikers, 2008). Esta técnica sucede a través de un método y busca estimular el aprendizaje a través de problemas retadores que se resuelven por grupos pequeños con el apoyo de un profesor facilitador (Morales y Landa, 2004; Woods, 1994). Una de las características más relevantes de esta técnica didáctica centrada en el alumno, es desarrollar su capacidad para identificar y satisfacer sus necesidades de información y conocimiento actualizado para evaluar adecuadamente los problemas que cada paciente pueda presentar (Barrows y Tamblyn, 1980). Aunque a través del tiempo se ha adaptado para otros contextos y se ha implantado de diversas formas, en general el proceso educativo requiere que cada estudiante dedique tiempo al autoestudio, que comparta y discuta con el grupo y evalúe críticamente sus resultados (Loyens, Magda y Rikers, 2008).

El ABP ha generado una serie de críticas sobre su capacidad para desarrollar un mayor rendimiento académico, al menos demostrado a través de exámenes escritos, en comparación con la educación tradicional en forma de clases expositivas. Por ejemplo, Beers (2005) no encontró diferencia significativa en los resultados de exámenes entre los alumnos de enfermería que utilizan la técnica didáctica de ABP con los que llevan clases tradicionales basadas en la exposición. Asimismo, Gijbels, Dochy, Van den Bosshe y Segers (2005) analizaron un total de 40 investigaciones en las que se comparaban los resultados de alumnos preparados con ABP con los formados con clases tipo conferencia. Sus conclusiones sugieren que no hay diferencia significativa en el nivel de conocimientos al utilizar la técnica didáctica e, inclusive, podría haber algo de perjuicio en comparación con los métodos tradicionales tales como conferencias o discursos; sin embargo, los autores identificaron beneficios en el desarrollo de habilidades para la interrelación entre conceptos y en el nivel de aplicación de los mismos, es decir, en otras competencias genéricas no asociadas con la comprensión de contenidos en una disciplina particular.

El ABP ha sido referido como una de las técnicas didácticas que desarrolla más competencias genéricas en comparación con otras estrategias como manejo de casos o aprendizaje orientado a proyectos (Villa y Poblete, 2007). Según una síntesis de 115 indicadores, las competencias mayormente favorecidas por ABP son: el pensamiento crítico, la autodirección y el trabajo en equipo (Ladouceur et al., 2004). El presente trabajo muestra los resultados obtenidos de la relación entre la utilización de la técnica didáctica del ABP y el pensamiento crítico, habilidad seleccionada por la factibilidad para medirse en la totalidad de la población bajo estudio en forma transaccional con un test que ha sido ampliamente utilizado en el contexto internacional.

 

Anderson II, James C. (2007). Effect of problem-based learning on knowledge acquisition, knowledge retention, and critical thinking ability of agriculture students in urban schools, disertación doctoral, University of Missouri-Columbia, Proquest Dissertations and Theses núm. 3322674.         [ Links ]

Barrows, Howard S. y Tamblyn, Robyn M. (1980). Problem BasedLearning: An approach for medical education, Nueva York: Springer Publishing Company.         [ Links ]

Beers, Geri W. (2005). "The effect of teaching method on objective test scores: Problem based learning vs lecture", Journal of Nursing Education, año 4, núm 7, pp. 305-309.         [ Links ]

Bortone, Joanne M. (2007). Critical thinking and evidence- based practice in problem based tutorial groups: a crtical case study, disertación doctoral, Fordham University, Nueva York, Proquest Dissertations and Theses núm. 3258027.         [ Links ]

Burris, Scott (2005). Effect on problem based learning on critical thinking ability and content knowledge aquisition of secondary agriculture students, disertación doctoral, University of Missouri-Columbia, Proquest Dissertations and Theses núm. 3322153.         [ Links ]

Choi, Heejung (2004). "The effects of PBL (Problem-Based Learning) on the metacognition, critical thinking, and problem solving process of nursing students", Taehan Kanho Hakhoe Chi, año 34, núm 5, pp. 712-721.         [ Links ]


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