Violencia
La violencia se define como todo acto que guarde relación con la práctica de la fuerza física o verbal sobre otra persona, animal u objeto originando un daño sobre los mismos de manera voluntaria o accidental. El elemento principal dentro de las acciones violentas, es el uso de la fuerza tanto física como psicológica para el logro de los objetivos, y en contra de la víctima. Adicional a esto, puede ser catalogada una agresividad patológica cuando en ocasiones, el ser humano utiliza los impulsos de agresividad con la intención de causar daño a otra persona.
Causas de la violencia
Las causas más comunes de la violencia son:
El alcoholismo: las estadísticas de mujeres maltratadas, por sus compañeros o cónyuges, bajo los efectos del alcohol son muy altas, esto lo coloca en una de las principales causas.
La drogadicción: algunas personas consumen drogas para escapar de su realidad, y convertirse en otras muy violentas y causar mucho daño, éstas son capaces de agredir hasta matar a su propia madre, si no cuentan con el dinero para poder comprar los estupefacientes.
Falta de conciencia de los habitantes de algunas sociedades que piensan que con huelgas, golpes y tiroteos solucionarán los problemas que ésta padece.
Falta de voluntad, en algunas personas, para controlar sus impulsos y resolver los problemas, generando violencia.
Falta de comprensión, tolerancia y la incompatibilidad de caracteres entre las parejas, genera la violencia intrafamiliar, ésta es considerada la causa mayor de violencia que existe, un niño que se desarrolle en medio de este ambiente, será una persona insegura, problemática y de pocos principios personales. Consecuencias de la violencia La conducta violenta tanto en lo psíquico como en lo físico, causa un deterioro psicológico en la mujer y genera en ésta una conducta que se manifiesta de una manera sumisa, a las órdenes y deseos de su agresor. El agresor llega a tener un completo poder, control y dominio sobre la mujer, que cada vez se convierte más flexible y vulnerable, por esta razón la violencia continúa su ciclo repetitivo y de intensidad en crecimiento, hasta que la víctima pierde su propia identidad y se convierte en una posesión más. Por su puesto, en una posesión maltratada, que, por la falta de apoyo jurídico, en muchos casos, no se deciden a romper con esta situación y mucho menos si hay hijos en la relación. Algunas consecuencias de la violencia son:
Baja autoestima.
Depresión profunda, falta de esperanzas, sin fuerzas, altos niveles de autocrítica y respuestas emocionales limitadas.
Interiorización del machismo, dependencia total del varón y en todas las figuras de autoridad.
Estrés, miedo, ansiedad, conmoción psíquica aguda y desorientación.
Debido al continuo desamparo social, incomunicación y aislamiento.
Sentimiento de culpabilidad, la mujer se siente culpable de la situación.
Sentimientos de subordinación, dependencia y sometimiento.
Incertidumbre, indecisiones y dudas por bloqueo emocional.
Profunda ausencia de esperanzas y desmotivación.
Indecisión, impotencia y carencia de poder interior para superar los problemas.
Transmisión y vivencias de roles sexistas.
En algunos casos padecen de trastornos alimenticios severos como la anorexia o bulimia.
Frecuentes trastornos de alcoholismo y de ludopatía.
Baja interiorización de valores democráticos y sociales.
Lo máximo